| 29-12-2008 - 21:14:19 |
| El 2008 fue el año de Lucas Peralta |
| El viedmense, de 20 años, había dejado la natación, pero recuperó la motivación y volvió para consolidarse como uno de los mejores nadadores de estilo pecho del país. |
| Viedma. El 2008 marcó el regreso a la competencia de uno de los deportistas más importantes de Viedma. Luego de dos años de ostracismo, el nadador Lucas Peralta volvió a ponerse las antiparras y se colgó tres medallas de bronce en competencias nacionales. Siempre aplicado y hasta obsesivo por la natación le fue difícil no regresar a su hábitat natural. Por eso se acercó al club Universitario, recuperó la motivación y su regreso fue acompañado por tres bronces: 200 metros pecho en el Campeonato Argentino de Invierno, como también en 100 y 200 en el Argentino de Verano. De vacaciones en la ciudad, Peralta no dejó tema por tocar en una extensa entrevista. -Volviste con tres medallas en Campeonatos Argentinos. -Estoy conforme porque en mayo igualé mi marcas e incluso bajarlas. A partir de ahí volví a los entrenamientos en doble turno, que me permitieron bajar todas mis marcas en el Argentino de diciembre. -¿En qué momento decidiste rever su decisión de abandonar la competencia? -Cuando estaba por terminar la secundaria me sentí cansado de entrenar. Decidí dejar la pileta por completo y no me arrepiento., porque me ayudó. Después volvió la motivación. Siempre me preguntaban cuándo iba a volver a nadar. Los primeros tiempos me molestaba esa pregunta, pero después comencé preguntarme cómo andaría si estuviera nadando, y me fijaba los tiempos. Mis ex compañeros de Villa Congreso también me insistían y me incentivaron. Me recomendaron el club Universitario; me contacté con el entrenador, fui un día y seguí.  Querían su regreso y Peralta respondió al pedido de sus amigos. “Omar siempre me cuidó”, agradece Lucas Peralta explicó que el entrenador de Villa Congreso, Omar Quezada, siempre le puso freno cuando pedía más entrenamientos. Desde chico, Peralta se mostró medio obsesivo con la práctica del deporte y Quezada resultó fundamental para contener su ímpetu. “Omar siempre me cuidó. Yo le sabía pedir que me diera más entrenamientos y él me decía que no, que debía entrenar de acuerdo a mi edad”, recordó. Hay nadadores que son explotados de chicos y cuando son grandes no llegan a nada. Yo me exigía bastante, pero tuve la suerte que Omar me contenía”, comentó Peralta al ser consultado sobre las características que presentaba en su época de juvenil y de junior.  Lucas con el profe Omar Quezada. |
Los Campeonatos Argentinos y sus próximos objetivos
-¿Cómo fue el Campeonato de Invierno?
-Llevaba un año de entrenamiento, sin hacer ninguna competencia. Estaba ansioso para ver si podía mantener mis marcas. En 100 metros bajé un poquito, en los 50 mejoré bastante y me mantuvo en 200 metros, donde logré la medalla de bronce un podio que siempre ayuda.
-En el último Argentina ganaste dos medallas de bronce, pero te quedaste con algo bronca.
-Fui muy bien preparado, estaba con todas las pilas y cuando fui a correr la prueba donde mejor me siento, los 100 metros, no pude enganchar los brazos en la partida y entré al agua con los brazos abiertos. Fue un error muy tonto. Remonté hasta quedar tercero y bajar mi marca. Al final terminé con dos podios individuales y otra en la posta combinadas.
-Estás en un deporte donde llegar a los tornes internacionales es muy difícil, ¿cuáles son tus expectativas al respecto?
-Yo busco mejorar mis marcas, para poder clasificar a algún Sudamericano. Creo que las marcas para los Juegos Olímpicos van a ser muy exigentes, porque Argentina está cada vez más lejos de los mejores. Yo me tiro más a un nivel Sudamericano y cumplir con el hecho de ser campeón argentino, porque hasta ahora sólo conseguí medallas de bronce.
-¿Qué opinión tenés sobre las marcas de los Juegos Olímpicos? Algunos dicen que fue por el agua, otros por el traje...
-Tuvo que haber una revolución a nivel entrenamientos. La malla ayuda, pero no de semejante forma. Tuvo que existir algo en los entrenamientos para que bajen dos o tres segundos de un año para el otro. Salieron marcas increíbles.
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